¡Google compra Facebook y Twitter compra Google!




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(inserte icono de la caca sonriente de WhatsApp) Parece que la noticia de que Facebook ha comprado a WhatsApp ha revolucionado al mundo. La aplicación de chat para móviles, que dejó anticuados a los SMS, a los mensajes privados de Facebook por móvil y hasta al Messenger, ha sido comprado por la red social de Mark Zuckenberg (recomiendo ver La Red Social, película de David Fincher sobre la vida de Mark), que por cierto, estará en unos días en la Mobile World Congress en mi querida ciudad Barcelona como conferenciante. También compró Instagram. Microsoft compró Skype. Twitter compra Vine. Google compró YouTube. En fin, esto parece un culebrón digno de cualquier novela de sobremesa de Antena 3.
De verdad nos importa algo? De verdad a la gente le importa nuestra vida privada?

Todo el mundo habla por WhatsApp. Tengo amigos que hasta sus madres les escriben por WhatsApp. Lo que antes era tener intimidad cuando uno salía de casa o incluso se encerraba en su cuarto para el sano pasatiempo de navegar por Internet, se ha convertido en una ventana abierta a todo lo que hacemos en nuestra vida. Desde las fotos que subimos al Facebook presumiendo que estamos en la Plaza Roja de Moscú de vacaciones, el Twet ingenioso que se nos ocurre y creemos que es el mejor chiste que se le podría haber ocurrido a David Guapo en el Club de la comedia o hasta subir una foto en Instagram donde parezca que somos tan buenos fotógrafos como cualquier corresponsal de guerra que se saca planazos de la ostia (soy culpable de ambos pecados por cierto).
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Alguien las usa todas?

El famoso stick de WhatsApp
La cosa es que se ha llegado a un extremo tan gracioso en el que todo debe ser mostrado y compartido. Si no lo haces, parece que no tengas vida social, y si lo haces excesivamente, quieres presumir. Antes los dilemas emocionales de un adolescente, eran dirigirle la palabra a la persona que te gustaba de clase. Con Internet, supuestamente se hacía más fácil lo de dirigirse a la gente con la que queríamos hablar pero en clase no se conseguía. Pues bien, ahora el dilema es si esa persona aceptará o no nuestra solicitud de amistad en Facebook, si un Twet tendrá retwets o será popular, o si mando un mensaje por WhatsApp a la persona deseada, me contestará después de recibirlo y verlo. El famoso stick de WhatsApp. Ahora hay relaciones que se van al garete por que se escriben, se reciben los mensajes, pero no se contestan, las estadísticas son acojonantes, y eso puede provocar una cantidad de sospechas tan grande, como para mandar a tomar viento una relación de 5 años. Estos dilemas, antes no existían.
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Así cualquiera hace fotos
Una conclusión que uno puede extraer de todo esto, es que si no está metido en el embrollo, se siente desplazado. Antes los marginados eran los que no se relacionaban por ser los "diferentes" de la clase. Ahora serán los que no tengan WhatsApp para estar en el grupo de clase, Facebook para los mensajes privados o Instagram para ver las fotos "hipsters" que suban sus compañer@s. En definitiva, una espiral tan absurda como innecesaria. Todos hemos sido víctimas de ello. Las redes sociales y los móviles nos están cambiando la vida de una forma tan rápida que ni podemos asimilarlo. A mi por ejemplo, me sirven para que esta entrada sea leída, de lo contrario quedaría aquí subida, pero tendría muuuuucha menos repercusión de la que se merece (que egocéntrico soy). Si existe hasta un puesto de trabajo para cuidar las redes sociales de las empresas! (Community Manager)
El tema es saber si realmente somos capaces de evolucionar con ellas o engancharnos. WhatsApp tiene sus cosas buenas (hablar con gente desconocida sin cortarte, no ganas dinero, es cómoda porque está siempre encima tuyo con el móvil) pero también tiene sus aspectos negativos el estar todo el día enganchado a algo, constantemente conectados. Compartimos posts, compartimos fotos, compartimos estados que se supone interesan a nuestros "amigos" de Facebook, etc. Un sinfín de actividades que nos ocupan un tiempo que podríamos dedicar a trabajar, disfrutar del aire libre (a pesar de la mierda que se respira en Barcelona) o cambiar el país.
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Mark Zuckerberg, creador de Facebook

Nos importa algo que Facebook haya comprado a WhatsApp? Pues aparte de que seguirán controlándonos -a nadie le perturba que Google sepa siempre donde estamos, o quiera saberlo siempre?- gracias a nuestro "yo virtual" que plasmamos en las redes e internet, no mucho más. WhatsApp está claro que ha salido ganando. Si el negocio no funciona por la fuerte competencia de Line, Telegram, o cualquier otro que surja, el marrón es para Facebook. A nosotros sólo tiene que preocuparnos subir nuestra próxima foto de las vacaciones en Marruecos montados en camello, y que parezca que somos ricos y disfrutamos enormemente gastando nuestro dinero así (repito, me incluyo).
En definitiva, voy a seguir intentando ser ingenioso en Twitter, que ahí nadie me ríe mis gracias (y no me importa) mientras pienso en el próximo post para este blog. Luego le mando un WhatsApp a cualquiera de mis decenas de contactos, mientras reviso si me han escrito cada 5 segundos. True story para millones de personas.
Ahora la próxima noticia que nos indignará porque si, será que Twitter ha comprado a Google o algo así. El mundo es de los chinos, y todos lo sabemos.

XOXO @SoldieRyan (para quejas y demás temas negativos, usad mi twitter)

PD: no os preocupéis, la semana que viene toca entrada de Oscars (bieeeen)

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